El 23 de Mayo de 1983 alumbraba una Coruña que se configuraba a la sazón de un super computador, capaz de procesar todo lo necesario para colocar a los "cives" en la mayor satisfacción vital posible de la historia de la ciudad en décadas, haciéndolos partícipes de un crecimiento, progreso y de un bienestar socialdemócrata de referencia más allá del Reino de España.
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El super computador contaba con los mejores elementos: Sus habitantes, siempre ciudadanos, siempre Coruñeses y Coruñesas, criados en el espíritu abierto, receptivo, tolerante, emprendedor y sacrificado de los que, habiendo nacido desde la dársena, se empapaban de aquellos que a nuestro puerto arribaban, llegasen de donde llagaran y fueran a donde fuesen.
Había "hardware" y también "software". Un sistema operativo cívico que se compendió en las personas que trazaban políticas con sentido de ciudad. Lejos incluso de efectos partidistas. Apuestas a futuro, planes y proyectos estudiados y bien asesorados por quien más sabía, (de aquí o de allá), porque, como bien dicen los chinos, "siempre hay alguien que sabe más".
Regidores socialistas (Francisco Vázquez y Javier Losada, alcaldes entre 1983-2006 y entre 2006-2011 respectivamente) plasmaron una Coruña "para las personas", implementando de forma transversal toda una estructura de urbe moderna, progresista, sostenible, solidaria y dinámica.
Redes de saneamiento nuevas, aparcamientos subterráneos, modernización de la administración local y de gestión de la recaudación, (los talluditos recordamos de dónde veníamos), activación de los servicios sociales, casa de las ciencias, coliseum, becas, musealización, recuperación de espacios públicos, eliminación de guetos y políticas de integración, políticas activas en educación, centros cívicos, cultura, escuelas deportivas municipales, circuitos de teatro, orquesta sinfónica, recogida selectiva de residuos y gestión de los mismos, movilidad, carril bici, tranvía, plan general, fachada marítima, tercera ronda, puerto exterior..... y así podríamos estar sin parar un buen número de párrafos. Porque no hablaríamos solo de "cosas", también de la puesta en valor de los referentes históricos nacidos o cercanos habitantes históricos, temporales, permanentes o ilustres visitantes, como Salvador de Madariaga, Casares Quiroga, Picasso; O destacándonos en el mapa de internacionales de la cultura y de la música, Festival Mozart, etc.
Y es que "Cabeza, Guarda, Llave, Fuerza y Antemural del Reino de Galicia", obliga desde la fachada del Palacio Municipal de María Pita a quienes cruzan su puerta de una u otra forma. Un proyecto de tangible de buena gobernanza, pensado hacia los ciudadanos y acogedor para sus visitantes. Un "sistema" robusto que funcionaba a la perfección y era el sello del orgullo de todos los que, cuando no estábamos en ella, recibíamos el elogio de ser coruñeses (kuruñeses, incluso) por vivir en una ciudad de referencia para todo el estado, ejemplo a seguir por muchas otras (no solo en España) y envidia insana de aquellos que nunca podrían soportar el crecimiento, el bienestar y el progreso social.
Son esas conocidas "fuerzas vivas" recurrentemente reaccionarias y excesivamente conservadoras que no veían con buenos ojos que la ciudad gallega que genera más PIB a la comunidad, aquella urbe a la que le había sido sustraída la "capitalidad", se le negaba el crecimiento de su aeropuerto, y hasta el pan y la sal, progresaba con enorme fuerza ascendiendo en todos los rankings de eficiencia, habitabilidad y sostenibilidad cívica. Había que cargarse y denostar como fuese el proyecto, aunque eso supusiese al fin y a la postre, cargarse la misma "civitas"; Derivar la ciudad hacia la nadería, pasarla a la irrelevancia, aparcarla en la inacción y dejar a sus ciudadanos en la nebulosa más etérea y adormecida de la galaxía urbana abducida por vapores muy pronto diluidos.
El partido popular aterrizó en Mayo de 2011 y sin dilación se encargó (en muchos casos manejado desde los hilos directores de San Caetano en Santiago de Compostela) de utilizar toda la maquinaria institucional de "su Xunta" contra las mismísimas instituciones coruñesas -en el más burdo ejercicio partidista de las administraciones públicas- contra los ciudadanos. Reciente está la presión con el "agujero del parrote", que finalizó todas sus trabas patrimoniales de respeto al mal llamado "baluarte", (cuando solo eran restos de zapatas sobre las que ya había sido eliminada tal construcción), mediante el actual cajón de "jranito" de última generación permitido por los otrora regios defensores patrimonialistas, a los cinco minutos de ser elegido alcalde de A Coruña uno del Pp.
Cuatro años pasaron para tapar un "burato", cubrir de cemento gris la dársena, eliminar un edificio reconocido "de toda la vida" en la famosa marina coruñesa (Sanidad Exterior) y paralizar todos los programas y planes que habían alcanzado velocidad de crucero pero que podían poner en riesgo la mántrica y falsa "solvencia" de la derecha española del momento, que más se acerca a retorcer nuestros derechos y convertirlos en sus negocios, que al blindaje de garantizar encaminar a las personas hacia la igualdad y a evitar la brecha social que tanto ansían los neoliberalistas por su generación de miedo, inseguridad y dependencia abusiva. Y, ¿cuál fue la alternativa, el eje, el objetivo, el plan que podía traer el nuevo momento político? El cambio solo supuso el recorte de todo tipo de apoyo al movimiento social de una ciudad viva, la inflación y patrocinio de pseudo asociaciones "amigas" para debilitar a las auténticas y tradicionalmente reivindicativas, y a la escasez de ambición como ciudad. Cemento. Mundo gris. Paralización. Desolación. Nadería. Colapso del sistema operativo e inicio de un tiempo desastroso para la ciudad de A Coruña.
Continuará......