SINOPSIS DE GOBIERNO, Y DESGOBIERNO

miércoles, 28 de febrero de 2018

Quien venga a dudar de la potencia de un fenómeno como es el Mobile World Congress no entiende en qué mundo vivimos. Y quien no quiera entender en qué mundo vivimos es mejor que se aleje de gestionar en cualquier tipo de ámbito. El mundo en qué vivimos no es un elemento estanco, impenetrable, inmóvil. Es un medio, y además, un medio  permeable, esponjoso y dinámico. Solo de nosotros depende que sea un mundo mejor, pensado hacia las personas, solidario, sostenible. Pero no podremos actuar sobre él sin contar con él y desde su configuración actual, (que también podemos, y deberíamos  llegar a modificar).

En el ámbito de un progreso global, planetario, el entorno digital, las comunicaciones y la energía son cruciales, críticos. Y ahí, con una visión de futuro inteligente, se posicionó la ciudad de Barcelona en su día, adquiriendo los derechos de organización de un congreso del que está pendiente el planeta entero.

Ya en su momento vivió otros éxitos transnacionales como lo fueron los "Sonimag", del que este humilde escribiente era asiduo.

Las cifras asustan y generan la mayor envidia sana, lógica en otras metrópolis; En otras urbes económicamente potentísimas hoy en día, y que están "a la caza" de eventos de este tipo por lo que suponen, ya no solo de impacto directo en la economía local, sino de influencia también global en el desarrollo de nuestras sociedades. Más de 40 campos de fútbol de extensión expositiva; El mayor número de ejecutivos de más alto nivel, (los que deciden cómo se comunicará nuestra existencia en el planeta), reunidos ahí; La expectativa de los mayores avances que en breve serán parte de las vidas de todo el mundo; Casi 200.000 personas accediendo a todo tipo de servicios: Alojamiento, turismo, compras, restauración. Más de 13.000 puestos de trabajo generados para el evento. Lo dicho, una envergadura y una resonancia que asustan.

¿Quién querría cargarse eso? ¿Quién querría devaluarlo, perderlo, despreciarlo, ponerlo en entredicho, en riesgo?

La alcaldesa de Barcelona, doña Ada Colau, la especialista en postureo y ejemplo tutor de ciertos gobernatillos en llamar la atención y vociferar chorradas para oídos que ya parecen escuchar lo que antes solo oían sin percatarse de la grandes mentiras de los populismos más peligrosos que han pasado por múltiples ciudades españolas en estos últimos tiempos.

Salvo casos muy concretos, la paralización es total. A pesar de entornos aparentemente más favorables y desde posiciones de gestión importantes, solo han sido capaces de frenar, de detener de destruir, de emponzoñar.

Y ¿quién pagará los platos rotos? ¿Sobre quién se cargará el coste y el esfuerzo que supondrá re-engrasar la maquinaria y volver a ponerla en marcha si es que el "ferruxe" no la ha bloqueado del todo? ¿Pagaría la Colau la factura de perder el MWC por el simple hecho de ofertar una falta de respeto a sus representados con la descortesía institucional que provocó con su colega de pasquines Roger Torrent, a la sazón el actual President del Parlament Catalá?

No. Lo pagaría Barcelona entera, Cataluña entera, España entera. Y nos solo el "coste" del gran impacto que supondría que Dubai o París (que se frotan las manos) se llevasen el MWC, que aún está comprometido con Barcelona hasta 2023 y para el que casi ya no "hay sitio" en 2019.

Cambiemos el mundo. Empecemos por "cambiar" a los que lo ponen en peligro conscientemente y solo viven en el cortoplacismo de su incapacidad, de sus desvaríos imposibles y de su mala uva.

TRAGAPERRAS ONLINE: Y ahora, la ORA

martes, 20 de febrero de 2018

La universalización en la venta de servicios conlleva una supuesta cercanía tarifaria en los mismos que no acaba de convencer a quienes los ofrecen. Tarifas en teoría baratas que multiplicadas por cientos de miles de clientes (por cientos de millones a veces) no acaban de convencer a los productores porque eso de "mayorear" y tener que cifrar muchísimas ventas para generar esos enormes beneficios es un esfuerzo mucho más pesado que vender a precios más altos y percibir antes el producto de la operación, y eso ya no cuela.
ORA Coruña
Asistimos a la invención de nuevos estilos y tipos de peajes, tasas, comisiones, etc., creados para incrementar el coste de un producto o servicio, -sin que tal parezca- y que además se combina y aparece -curiosamente- en distintos agentes que -supuestamente- hasta se hacen competencia. Ya en su día, los líderes de esto, los bancos, nos sorprendían con un sinfín de conceptos con los que "trincar" unos euros de los clientes, según escenarios u operaciones. Posteriormente fueron las telefónicas que -ya sin trampa ni cartón- se ponían en la tasa de cascarte aquellos céntimos más por minuto, (o por establecimiento de llamada), -"por decreto"- como excusa para imponernos las bondades futuras de las tarifas planas que luego nunca lo son. Sobre las operadoras de telefonía habría para una tesis, pues han sabido zumbarnos -porque sí- 5 € más al mes en lo que antes iban a ser sus tarifas planas de acceso a redes de datos que parece nunca acabasen de amorizar, pero en fin.

En el plano del ocio digital -la que se está liando a nivel planetario con el fenómeno conocido como "e-Sport"- (en donde habría que exigirles a los productores de videojuegos poder elegir la conveniencia de jugar online si a uno le apetece), ya es de traca. Compras un juego y debes contar con una conexión de banda ancha (lo suficientemente ancha) y, ¡lo mejor!: Has de pagar, aparte de la carretera que abonas mes a mes al operador de tu internet, el acceso a los servidores del creador del juego. CINCUENTA (50) eurazos al año, por jugador. ¿Multiplicamos y vemos a cuántos ceros llegamos sólo en España?

Y lo peor, es que en breve podemos encontrarnos en que los distintos generadores de esos videojuegos o aplicaciones o canales o servicios que se instalan en esa misma carretera del ancho de banda que seguimos ebonando mes a mes, acaben estableciendo sus particulares peajes, ad maiorem Dei gloriam.

Lo que ya llega es la comisión por recarga en la ORA, donde los gurús en su día NOS REGALABAN una app para que desde el móvil pagásemos el ticket y desde donde se puede recargar directamente desde nuestra tarjeta de crédito. 


No han aplicado una tarifa mensual por el uso de la app. No le han aplicado un coste por adquiri la misma, no. Han INSTAURADO, -otra vez por real decreto-, UN RECARGO DEL 10% EN CADA RECARGA que hagan los usuarios del sistema desde esa app. Un 10% que el usuario ya nunca verá en su cuenta de ORA.

TRAGAPERRAS
Lo mejor es que en el caso de La Coruña, el la ORA es una concesión municipal, y nuestros munícipes gobernantes de la marea atlántica (eso que auto proclaman de gente de lo común, los anti casta, los únicos puros y honestos anti amiguismos conocedores de las circunstancias éticas aplicables en el Olimpo Social) ni están ni son esperados en un asunto que, -como todo asunto-, los desborda por falta de experiencia en el mundo real, en negociación, en gestión (que no digestión) en la concepción y estudio de contratos, servicios, proyectos, etc., etc., etc.

Poco más se puede decir. Un 10% escondido (¿sería un tapadillo?). A lo mejor es que esos munícipes que hace poco nos vendían "remunicipalizar" la ORA en A Coruña, (presumiendo de revolcar a público lo privado), están ahora penetrando en ese mundo nuevo del lado oscuro -a lo mejor no tan desconocido para algunos de ellos- del neoliberalismo telemático recaudador, imaginando su futuro de control global del personal y de los servicios municipales y de recaudación, pero al estilo Orwell, aunque de trasvase oculto desde lo público a lo privado.

Dónde está la competencia, (no la de los munícipes, que esa ya no la busco), sino la de poder escoger desde qué app pagar la ORA, por ejemplo. O una app desarrollada desde un servicio municipal y que sea de obligada oferta a la concesionaria que obtenga el negocio muncipal, en la que no sea posible la aplicación arbitraria de este abuso.

En dos palabras: INTOLERABLE

Yo

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Profesional del Sector Audiovisual desde 1982, CEO de BabalúStudios SL, desde 2007. Nunca dejé audiovisual, pero entre 1999 y 2007 desempeñé responsabilidades en distintas compañías de telecomunicaciones, energías renovables y de software e internet y soluciones B2B y B2C. Apasionado con mi actividad, he desarrollado una carrera profesional defendiendo intereses comunes sociales desde la representación sindical y sectorial, autonómica y nacional, fundando organizaciones, redactando y negociando convenios, etc., hasta crear una empresa que genera empleo y mercado en ámbito nacional e internacional, apostando por la consolidación de un sector con futuro. Fundador de la Asociación Profesional de Actores de Dobraxe de Galicia (Apadega), actual Secretario General de la Asociación de Empresas de Doblaje de Galicia (AEDOG). Amigo de Honor de la Asociación de Amigos de la Ciudad Vieja de La Coruña y Vocal del Sporting Ciudad, ACD, uno de los clubes de fútbol amateur más antiguos de la ciudad. Coruñés de toda la vida, criado en la Pza. de la Harina, respiro el aire de la actual Pza. de Azcárraga y bebo el agua de su Fuente del Deseo.

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